No sé por
qué me hiere este lento naufragio de la tarde altos mástiles nubes pájaros que
se indagan como manos expuestas me hieren la vida o el deseo Las mimosas
tranquilas del paseo el lentisco las jacarandas en su congoja extrema ese
aullido que me cubre la piel como una enredadera porque ahora me atraganto y no
puedo respirar Es el frío del círculo la tiranía del impulso sobre mi cuerpo y mi mente necesito la pasta como sea No me detienen la distancia ni la ausencia dónde está el teléfono No hay dónde esconder este desorden de estrellas y cigüeñas El
frío metal los líquenes azules los altísimos mástiles devoran los besos y la piedra La bronca nube
oscura el beso apalabrado en el aire que expira sin corazón sin sábanas sin
música detrás de cada esquina de mi mente El teléfono suena y ahora se
derrama un mar despojado atormentando las sonrisas Camina mas rápido! Respira más hondo! Los pasos
veloces de espaldas a la tarde el vidrio con que miro me precipita con dulce violencia No es suficiente esperar para nacer limpia un día más Qué quiero? Qué es lo que realmente quiero? No puedo mas! Esta ahí a un paso La música es un abismo de silencios Me llama Ella me llama y no quiero responder Te juro que no Hay precipicios esbeltos como árboles íntimos cruzo de memoria La luna sube a ciertos labios llenando de relojes las alas de
los ángeles Cállate! Te quieres callar? Llegas tarde Tu vida llega tarde Recorro los parques compulsivos de la necesidad del otro lado del espejo y encuentro dormidos los
semáforos los pájaros oblicuos taxis alegremente tristes La angustia embiste como un toro mezquino Hay
caminos de niebla y de preguntas en cada pensamiento perros que muerden
la mano que los mima desdoblan el alma el hambre me empuja que mas da su envenenado
azúcar de abandonos Es tan fácil tiara la toalla Y ahora el dichoso mensaje...
Una suave
brisa acaricia sus manos bruñidas. Nos sentamos en la terraza mientras la tarde
de poniente comienza a descender su túnica de oros y fuegos. Estamos en el
paseo marítimo, cerca del Puerto. El flamante edificio “Veles al Vent” nos mira indiferente. Sabes que ha
finalizado el concierto con los Centros
de Día para nuestro tratamiento. Y además de 538 usuarios ahora sólo habrá 286 plazas para toda la
Comunidad Valenciana ¡No hay derecho.¡Es que no hay derecho! ¡Joder! Qué
voy hacer yo ahora, Toni, Qué voy hacer ahora. Su voz, antes una
sinfonía; el vuelo ágil y elegante de una golondrina, se diría ahora, un aullido,
una herida punzante que se adentra cada vez más en mi corazón, en mi
impotencia.
Llega el
camarero y pedimos café y cortado. Seguimos conversando mientras me fijo
hipnotizado en sus manos tersas y cuidadas, que gesticulan con pasión mientras
argumenta indignada, la situación de los centros...¡ No hay derecho. Qué se
han creído esos cabrones!). ¡Es que exponen a la peña a una recaída, y grave!.
Tranquila, siempre hay un camino. Están los grupos de apoyo. Narcóticos
Anóminos, por ejemplo. Ya, pero no a todo el mundo le funciona NA. Mira vamos a
dejarlo, Toni, porque me estoy poniendo mala de sólo pensarlo... Me dan ganas
de... Lo siento, tío, he recibido un mensaje del piso y tengo un tema urgente que
resolver. Un beso. Llámame. Nos vemos. Vale...
Este relato, en la linea de la serie "Relatos Indignados" esta dedicados a los amigos que estan sufriendo las consecuencias de los recortes de la Generalitat Valenciana al finalizar los conciertos con los Centros de Dia, UDR -Unidades de Deshabituacion Residencial y la reduccion drástica de plazas gratuidas de asistencia para tratamiento en drogodependencias
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